Este 22 de marzo se celebra el día mundial del agua. Este día fue instituido durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en la ciudad de Río de Janeiro en 1992. Fue creado con el fin generar conciencia acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de tomar medidas que permitan alcanzar uno de los objetivos de desarrollo sustentable: agua y saneamiento para toda la humanidad.
El agua es una sustancia fundamental para el desarrollo de la vida tal cual la conocemos. Los humanos la usamos en todas nuestras actividades, desde el riego con el crecen las cosechas, hasta la limpieza de elementos de nuestro hogar. Las ciudades (incluyendo la nuestra, San Miguel de Tucumán) se desarrollan a la vera de los ríos, lagos o costas marítimas. Sin embargo, la el agua dulce es un bien escaso, cuyo manejo debe realizarse con sumo cuidado, y con una extrema responsabilidad, ya que es un bien que nos pertenece a todos como comunidad, pero también pertenece a las generaciones futuras, y a todas las formas de vida en su conjunto: plantas, hongos, peces, insectos, animales, bacterias y tantas formas de vida. A su vez, es fácilmente contaminable por contaminación orgánica (de las ciudades e industrias), metales pesados (natural o industrial) y sustancias nocivas derivadas de la industrias agropecuaria o petrolífera.
Desde el Instituto de Biodiversidad Neotropical, nos sumamos a la conmemoración de este día y abogamos por el cuidado del agua. Trabajamos con insectos acuáticos y ecología de ríos desde hace más de 20 años, contando con una importante base de datos sobre fauna de insectos acuáticos y ecología de ríos. Como parte de nuestro trabajo, hemos desarrollado un índice para determinar la calidad ecológica de los ríos de yungas, y desarrollamos tareas de extensión a la comunidad, brindando talleres sobre calidad de agua a estudiantes de primaria y secundaria y al público en general. El cuidado del agua seguirá estando en la agenda de investigación en los años venideros.
"Aprendiendo a cuidar el agua", es una experiencia de educación ambiental desarrollada
por investigadores del IBN, donde chicos de primaria aprenden a reconocer la calidad
del agua de sus ríos a través de la búsqueda de cuatro bichitos que indican el estado
ambiental.
